Bajo esta premisa, hoy tenemos varias preguntas: ¿Se debe volver a la presencialidad? ¿Qué forma de trabajo (presencial, remoto, mixto) debo buscar? ¿Cuál de estas es la mejor para mí como profesional? ¿Cuál es la mejor para la empresa? Y así, una infinidad más de preguntas. Y las respuestas y aplicación de estas afectarán a cada ente (profesionales y empresas) de acuerdo con su realidad.
Pues bien, es válido también recordar que esta situación se dio en momentos donde el mundo de TI también sufría cambios (y valgan verdades, este mundo siempre está cambiando), orientados a la transformación digital que era (y sigue siendo) un tema obligado para muchas empresas, buscando mantener el ritmo de operaciones donde las fronteras o limitaciones físicas se cambiaron por un mar de posibilidades a nivel global, donde además de cambiar la forma en que se opera, se refuerza el concepto de valor para los clientes de dichas empresas.
Y dentro de estos cambios que se han ejecutado, se vienen ejecutando y se planean ejecutar, tenemos un amplio abanico de metodologías, buenas prácticas, frameworks, lenguajes, herramientas y demás artefactos que ayudan al logro de los objetivos planteados, pero también van generando nuevos retos, los cuales exigen adaptación (y mucha resiliencia en algunos casos) tanto por parte de las empresas como de los profesionales que laboran en ellas.